Su nieta la mayor, "la niña" como él me llamaba, se va recuperando de uno de los fines de semana más duros de su vida.
miércoles, 11 de junio de 2008
Se me fue en una brillante tarde de junio... se fue apagando despacito y en silencio, como casi todo lo que había hecho en su vida. Con él se ha ido una parte de mí, ésa que aún estaba correteando alrededor del pozo, revolviendo cajas y cachivaches en los almacenes o comiendo a su lado en una tórrida tarde de verano mientras me decía "come, si no comes te voy a comprar un comeycalla..." Un trocito menos de inocencia, una parcela más de dolor. Sentado con un montón de ropa encima, delgadísimo, educado, encantador, sonriente... siempre sonriendo... una sonrisa tan dulce que encandilaba a todo aquel que se le acercaba.
miércoles, 4 de junio de 2008
Mi nueva medalla
El viernes tarde estuve en la graduación de los chicos de segundo de bachillerato. Nunca les he dado clase, pero con ellos me he recorrido las calles de Madrid en el viaje del año pasado, he disfrutado de las noches radiantes de Praga en el viaje de este año, me he apuntado a sus salidas nocturnas, a tomar café, a jugar a los bolos... Son encantadores...
El grupo de ciencias sociales ha hecho cinco medallas para entregar a otros tantos profesores: algunas son para el mejor paparazzi, para el mejor tutor (Raúl, of course), para la más sociable, o para la más grande (acertadísima para Ángeles). Yo estaba sentada muy contenta observando cómo iban entregando las medallas cuando, de repente y de forma sorpresiva, comenzaron a decir que la siguiente era para una profesora "que no nos ha dado clase, pero que nos han dicho que es muy buena, es encantadora, nos ha acompañado a todo lo que hemos organizado, siempre se preocupa por nosotros... "... un rubor imparable se iba apoderando de mi rostro... sí, como lo iba sospechando era yo... me hicieron subir a la tarima a recoger una de las escasa medallas... "a la más dulce" reza el cartel...
El grupo de ciencias me llamo de nuevo y me regaló una rosa tan roja como mis propias mejillas... No sabía qué decir, sólo sonreír y besarlos a todos...
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