Sí, es cierto que las primaveras te necesitaban. Algunas estrellas requirieron que tú las contemplases. Una ola se alzó hasta ti desde el pasado, o cuando pasando por delante de una ventana abierta las notas de un violín se te entregaron. Todo eso era una orden. Pero, ¿pudiste cumplirla? ¿No estabas siempre distraído, a la espera, como si todo te anunciara una amante?
Rilke, Elegías de Duino.
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1 comentario:
woooooooo jajaja no he entendido nada jajaja he encontrado tu blog por aquí jiji mola ;) Yo me hice uno también hace mucho bueno aquí dejo firma un besoo :D:D
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